Skyler miro a todos con esa sonrisa picaresca que en pocas horas habíamos aprendido a conocerle y que siempre tenía justo cuando iba a hacer algo intrépido; se levantó cuidadosamente del antiguo sofá de cuero; la línea blanca se alargaba más y más desde su boca hasta la taza; Era algo sorprendente para todos los que estábamos allí; casi un espectáculo artístico de circo itinerante; además improvisado; si algo era seguro es que ninguno de nosotros había tenido la oportunidad antes de hacer este recorrido a pie por Bogotá, de experimentar una mezcla tan extraña. Incluso los latinos en el grupo se veían deslumbrados, de repente, Jorge el brasilero, con una cadencia más lenta comenzó su ascenso, tratando de alcanzar a Skylar Night; así se llamaba la neerlandesa. Poco a poco todos fuimos envueltos en la competencia que se pactó con las miradas, yo como siempre emocionado, aceleré, solo para encontrar rápidamente la derrota, vi caer la línea blanca, elástica, que como todo lo fugaz desapareció.  

Algunos de los chicos parecían tener habilidades innatas en el tema, por ejemplo, María la chilena estaba bailando de un lado al otro sin que su línea se desarmara; al contrario, esto parecía ayudar a que se alargara más rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya se colocaba en los primeros lugares; o Caleb el noruego quien se atrevió a saltar, se veía orgulloso de que su línea no se partía.  

Santiago el Barista quien disfrutaba todo se atrevió a dar unas reglas: 

—No se vale agarrar con las manos y mucho menos volver a comenzar. —dijo— 

Nuestro guía Juan Felipe escuchó unos cánticos, volteó y miró con naturalidad que en las ventanas del café había varios transeúntes que se divertían con el espectáculo; cantaban, silbaban, en coro decían: 

— Vamos, dale! 

—Así somos los colombianos, encontramos diversión a todo—, —dijo Felipe—. 

Fueron cayendo uno por uno, se veía en sus rostros la decepción; de un grupo de 11 personas que estábamos en este walking tour Bogotá, tres quedaban completamente de pie, con la mirada en el guía juan y el barista Santiago quienes estaban confirmados como los jurados.  

—Victoria de una neerlandesa en Bogotá! —dijo Santiago— 

La línea más larga fue la de la neerlandesa, era de esperarse puesto que ella era la más alta de todos.  

Skylar Night abrió la boca, la línea de queso fundido se desplomo rápida pero armoniosamente sobre la gran taza de chocolate caliente, mientras todos los colombianos gritaron: 

—que viva la reina del chocolate con queso.  

Por. Fredy calderon